Invitamos al Gobierno de Chile, a la sociedad y a los custodios actuales de Ramba a reconocer al Santuario de Elefantes de Tennessee como el mejor lugar para Ramba. Pedimos colaboración, sentido común y una demostración de amor hacia ella al recordar que:
"Salvar un animal, quizá no cambiará al mundo, pero para ese animal el mundo cambiará para siempre".
El Santuario de Elefantes en Hohenwald, Tennessee, es el refugio natural más grande del país, un hábitat desarrollado específicamente para satisfacer las necesidades de los elefantes, una especie en peligro de extinción. Es una organización sin fines de lucro, autorizada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. y la Agencia de Recursos de Vida Silvestre de Tennessee, y acreditado por la Asociación de Santuarios.
Diseñado especialmente para albergar a elefantes viejos, enfermos o necesitados que han sido retirados de parques zoológicos y circos. Utilizando más de 1.092 hectáreas, ofrece tres tipos de hábitat, separados y protegidos, para los elefantes asiáticos y africanos. Los residentes no entretienen al público, sino que se les anima a vivir naturalmente, como elefantes. Leer Más...
El Santuario de Elefantes existe por dos razones:
I. Para proporcionar un refugio para los elefantes viejos, enfermos o con necesidades en un entorno de verdes pastos, densos bosques, estanques de agua de manantial y refugios temperados para las noches de invierno.
II. Para proporcionar educación acerca de la crisis que enfrentan estos animales sociales,
sensibles, de pasión intensa, complejos, sumamente inteligentes y juguetones.
Los elefantes tienen acceso sin restricciones a cientos de hectáreas de hábitat natural. El hábitat de Asia es de 890 hectáreas, el hábitat de África es de 121 hectáreas, y la instalación de cuarentena es de 81 hectáreas.
Tan importante como el espacio es garantizar que todas las necesidades básicas de un elefante se cumplan.
Con espacio los elefantes gozan de salud, pasan más tiempo con sus pares y frecuentan menos al médico.
Ellos viven un proceso de rehabilitación social y psicológica compartiendo el uno con el otro, y se convierten en un rebaño sano y autónomo.
El papel del especialista y cuidadores no es dirigir la vida de los elefantes, sino ofrecer un lugar donde los ellos se sientan seguros.